viernes, octubre 28, 2005

LO VASQUEZ

En el día del intachable embarazo (inmaculada concepción)

Le llaman manda, a un compromiso que se ha adquirido sin mediar razón. Recorren amplias distancias, desde sus hogares hasta el templo ubicado a medio camino entre Santiago y Viña del Mar, por la ruta 68 (la del Túnel Lo Prado). Sin embargo, la amplia mayoría de los peregrinos viaja con su humanidad a cuestas, mientras recorren y completan su peregrinar.

Como todos los 8 de diciembre, miles llegan al santuario de la Virgen de lo Vásquez. Desde la jornada del anterior, partie la ajetreada procesión del sector más popular de la población que, en esa fecha, lo tiene consignado como una obligación secular. Un día de festejo religioso general en Chile y que, camino al litoral central, se realiza en el sector de Lo Vásquez.

Independiente de la connotación religiosa, el fenómeno de las peregrinaciones es una de las más fuertes indicaciones del control sobre los individuos. En éste caso en particular, quienes se sienten atraídos por fuerzas que están más allá de su comprensión y viajan al santuario de Lo Vásquez, en esta fecha, ni siquiera reconocen el verdadera motivación de su actuar.

Tomamos como punto de partida el cruce de Casablanca, y con muy poco andar pudimos constatar lo que anteriormente comentábamos. La mayoría se desplazaba a pie y un gran número en bicicleta, siendo una constante el apego a su humanidad, plasmándose en las radios a pila y batería tocando sus melodías favoritas. Mucho “sound” y harta cumbia, sin dejar de lado las rancheras que, sin lugar a dudas, hacen furor.

Ya en tierra derecha, comienza la avalancha de una feriante venta de todo los artículos que se puedan concebir (una cueva de ladrones diría mi Creador si fuera contemporáneo y estuviera evangelizando las inmediaciones). Desde el famoso y marginal “sangüche de potito”, hasta el tradicional “mote con huesillos” se presentán y ofertan. Además, no podemos olvidar el sinnúmero de objetos tales como velas, espigas, calendarios e imágenes religiosas. De un momento a otro, ya es imposible cuantificar y categorizar cuantos productos son promocionados, a viva voz e interpuestos en el camino del peregrino.

Muchos son los que sucumben ante las ofertas y olvidan a que vinieron. Se detienen en improvisados puestos para ingerir un alimento o adquirir un objeto que ha despertado su interés compulsivo. Siendo esta escena repetitiva y constante, por más de 700 metros, hasta el mismísimo templo de Lo Vásquez.

Finaliza el callejón del comercio y se abre la amplitud de visión, contemplando el santuario y el mar de gente agolpándose para entrar y lograr saldar su deuda con "La Madre de Chile". La histeria se apodera de toda la muchedumbre que quiere, por todos lo medios, lograr entregar su aporte y finiquitar su compromiso, los 8 de diciembre; como los anteriores y los venideros.

Entre la explanada y el lugar de las ofrendas, solo contemplamos gentíos desplazándose y deteniéndose, sin obedecer ningún orden. En este lugar también está la venta – solo con “pituto”- y uno que otro especialista en la mendigues. Culminando todo el proceso, el último acreedor de la jornada: el santuario de Lo Vásquez y el pago de la manda.

Traspasamos la rejas y ya es otra la condición. Somos parte del espíritu que circunda en las personas que han logrado el propósito. También lo ha hecho TVN que mantiene sendos equipos satelitales para trasmitir, a todo Chile, la ferviente romería que significa la fecha para este enclave religioso y sus populares creyentes .

Adentro el ambiente es distendido, presentándose en su máxima expresión la idiosincrasia de quienes, en masa, peregrinan hasta el santuario. Vastos lugares internos, son ocupados con carpas e improvisados mini-albergues, develando la cruda y estoica sociedad que viaja y pernocta en Lo Vásquez. Hasta el viejito pascuero no se salva - ¿qué raro, próximo al santuario y cerca de los “apitutados”?-

En resumen, Lo Vásquez sigue siendo lo que desde sus comienzos ha representado para muchas personas y organismos – sin olvidar a los que religiosamente van-:

· Una buena oportunidad de vender, lo que sea, con un amplio margen de ganancias;

· La posibilidad de hacer el acampado y paseo necesario, para no olvidar el gusto por el seudo turismo-aventura;

· Evaluar, en un par de jornadas, cuantas personas (a grosso modo) están más abajo del C3 y arriba del D

· Obtener una buena concentración de masas, potencialmente hostiles, para movilizar fuerzas de contención y represión.

· Saber si se ha elevado o disminuido el numero de fieles, su poder adquisitivo y su capacidad de ofrendar.

Realizar una pusilánime noticia de un acto que, cada año, concentra a lo más desposeído de la zona centro de nuestro país, los cuales son bombardeados por una descomunal oferta ambulante y que al final de su trayecto se les demanda dinero en efectivo para obtener tres imágenes de la virgen de Lo Vásquez.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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